La poesía no quiere adeptos, quiere amantes.
Federico García Lorca.
- Ojos claros, serenos, Gutiérrez de Cetina.
- Noche oscura del alma, San Juan de la Cruz.
- Hombres necios que acusáis a la mujer, Sor Juana Inés de la Cruz.
- Soneto X, XIII, Garcilaso.
- Sonetos, Lope de Vega.
- Es hielo abrasador, es fuego helado, Quevedo.
- Amor constante más allá de la muerte,Quevedo.
- Oriental, Zorrilla.
- Canción del pirata, Espronceda.
- Rimas, Bécquer.
- A Margarita Debayle, Rubén Darío.
- Margarita, Rubén Darío.
- JUAN RAMÓN JIMÉNEZ.
(...) Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
A un olmo seco.
- La caricia perdida, Alfonsina Storni.
- Como tú, León Felipe.
- La voz a ti debida, Pedro Salinas.
- Sonetos, Lorca.
- La pena negra, Lorca
- La casada infiel, Lorca.
- Canción del jinete, Lorca.
- Si el hombre pudiera decir, Luis Cernuda.
- Te quiero, Luis Cernuda.
- Elegía a Ramón Sijé, MIGUEL HERNÁNDEZ.
- Como el toro he nacido para el luto y el dolor, Miguel Hernández.
- Menos tu vientre, Miguel Hernández.
- Llegó con tres heridas, Miguel Hernández.
- Insomnio, Damaso Alonso.
- Monstruos, Damaso Alonso.
- Un relámpago apenas, Blas de Otero.
- Me gustas cuando callas porque estás como ausente, Neruda.
- París, postal del cielo, Gil de Biedna.
- Ciudad del hombre: Barcelona, José María Fonollosa.
No a la transmigración en otra especie.
No a la post vida, ni en cielo ni en infierno.
No a que me absorba cualquier divinidad.
No a un más allá, ni aun siendo el paraíso
reservado a islamitas, con beldades
que un libro garantiza siempre vírgenes.
Porque esos son los juegos para ingenios
en que mi agnosticismo nunca apuesta.
Mi invite es al no ser. A lo seguro.
Rechaza otro existir, tras consumida
mi ración de este guiso indigerible.
Otra vez no. Una vez ya es demasiado.
Ciudad del hombre: Barcelona, José María Fonollosa.
Tú no puedes volver atrás
porque la vida ya te empuja
como un ladrido interminable.
Hija mía es mejor vivir
con la alegría de los hombres
que llorar ante el muro ciego.
Te sentirás acorralada
te sentirás perdida o sola
tal vez querrás no haber nacido.
Yo sé muy bien que te dirán
que la vida no tiene objeto
que es un asunto desgraciado.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Un hombre solo una mujer
así tomados de uno en uno
son como polvo no son nada.
Pero yo cuando te hablo a ti
cuando te escribo estas palabras
pienso también en otros hombres.
Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos.
Otros esperan que resistas
que les ayude tu alegría
tu canción entre sus canciones.
Entonces siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Nunca te entregues ni te apartes
junto al camino nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.
La vida es bella tu verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor tendrás amigos.
Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino.
Y siempre siempre acuérdate
de lo que un día yo escribí
pensando en ti como ahora pienso.
Palabras para Julia, José Agustín Goytisolo.
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